Pues andaba yo tan feliz sin acordarme de la existencia de ese sujeto siniestro que es el compiyogui, cuando hace unos días saltó la noticia de que la juez quiere abrir juicio contra él y un conocido comisario aficionado a las grabadoras, nada menos que por apuñalar a una doctora, delante de su hijo menor, señora que además anteriormente lo había denunciado por acoso sexual.
Y recordé entonces de que en mi pila de pendientes estaba Primavera para Madrid, el códice de Magius de Archipicor, excelente murciano él, y allá que me puse.
En la portaba ya vemos a uno de los protas, elemento que solía frecuentar altas esferas y amistades, y que en vez de en la cárcel acabó en Gran Hermano. Magius no hace una sátira política y social, más bien nos cuenta una historia de terror, por lo crudo y lo real de todo lo que relata.
Parece mentira que, hilando verdades todas aparecidas en los periódicos, pueda construirse algo que debe reflejar la pura verdad de los hechos, y que los hechos sean los que son.
Las intrigas de grandes políticos, grandes empresarios, el desprecio y el aprecio, las ambiciones...y una historia muy bien hilada de dos personajes que medraron gracias a saber moverse como pez en el agua en esa gran mierda pintada de purpurina que hace y deshace a su antojo (Stela Reynolds, sic., que aplica, sí).
Todas las páginas son de oro puro, material y literalmente, y sinceramente, me ha sorprendido, para muy bien. Aunque no puedo decir que me guste la historia, porque en realidad me pone los pelos de punta.
Citando a otra grande, nuestra Emperatriz del mal, aquí encontraréis a la realeza, la nobleza, la plebe, y qué singular, hasta la gentuza.
Y lo demás, merde.
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