Diez años después de El Pájaro del Tiempo, Christophe Arleston al guión y Didier Tarquin al dibujo, vuelven a renovar la aventura y la fantasía en el cómic europeo, encontrando un estilo propio, en un inverosímil equilibrio entre la épica más tradicional, y el humor característico de Astérix (en tono, que no en cota de genialidad, nadie es Goscinny -salvo Goscinny-).
En el mundo de Troy, cualquier persona, casi todos, tiene un poder, aunque hay dos limitaciones importantes: sólo la presencia de un sabio de Eckmüll permite que los poderes de las personas, desde omnipotentes a absurdos, afloren.
Desde ese marco, el protagonista se verá embarcado en una aventura en la que, junto a dos hermanas (alerta triángulo) y un brutal Troll (que no ahorra violencia a la historia ni sangre) deberá desentrañar el misterio de por qué él ha absorbido el poder que le permite tener todos los poderes posibles, mientras debe lidiar con un temible adversario.
Un cómic europeo de aventuras fantásticas, que encontraría su lugar en la estantería junto a Taxus, Mot, Bone, Stardust o Peter Pan.
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